El coronavirus dispara el consumo de redes sociales hasta un 55%
En tiempos de incertidumbre, donde la pandemia del coronavirus se sitúa como tema candente, Internet se ha convertido en la tabla de salvación para millones de personas. Desde que entró en vigor el confinamiento, el tráfico por Internet ha crecido un 80% debido en gran parte al obligado teletrabajo de las empresas y a que en estos días de confinamiento no queda más remedio que optar por el ocio digital.
La salud sigue liderando la agenda social y la preocupación de los ciudadanos ha provocado que el uso de las redes sociales se dispare hasta en un 55%. Las principales redes como son Twitter, Facebook e Instagram se han volcado con la crisis del COVID-19 introduciendo medidas extraordinarias para combatir la desinformación.
Desde que la Organización Mundial de la Salud asegurará que el brote de coronavirus había venido acompañado de una masiva “infodemia”, las redes sociales comenzaron a realizar una intensa campaña de sensibilización con información fidedigna de fuentes oficiales y alejada de las “fake news”.
Un ejemplo de ello es Twitter que muestra avisos que aparecen en forma de advertencia y que remiten a la información sanitaria oficial. Facebook e Instagram tienen una postura similar. ¿Buscas información sobre el coronavirus?, preguntan ambas plataformas. “Consulta la información más actualizada de la OMS para cuidarte y evitar que el virus se propague».
A difundir esta información también se suma la plataforma TikTok que además ha asegurado que eliminará aquellos contenidos relacionados con el coronavirus que pueden causar daño a sus comunidades. Una medida adoptada después de que se haya viralizado varios vídeos de unos adolescentes fingiendo estar infectados por coronavirus.
Así, las redes sociales son las fuentes más rápidas y globalizadas de información y, que en una situación tan poco convencional, se han convertido también en un espacio de duelo colectivo y en una vía de escape para amenizar los días de cuarentena.
Prueba de ello, es que algunas se convierten en una especie de centros culturales llenos de artistas, o en museos y teatros digitales dispuestos a entretener a todo aquel que esté aburrido en casa.